ANA ISABEL JIMÉNEZ MENA (orientadora de referencia)

sábado, 18 de abril de 2009

DISLEXIA



La Dislexia se ha denominado también "ceguera para las palabras", lo que nos hace entender las grandes dificultades que acompañan al cuadro y la "irreversibilidad" de algunos de sus componentes.  El trastorno acompañará a los niños en todo su proceso formativo y, por tanto, es necesario introducir adaptaciones metodológicas que les permitan progresar sin la sensación de continua impotencia.





Orientaciones para niños disléxicos
Tratamiento de los procesos básicos de lectura







No hay que olvidar que la dislexia no es visible, no tiene secuelas físicas, no se les nota en la cara…pero existe, es un trastorno neurobiológico. El disléxico no tiene mala memoria por ser vago, ni quiere defraudar a su profesor con una letra en muchos casos infantil o ilegible, ni desea ser el blanco de las burlas por leer con serias dificultades…no podemos hacerles sentir culpables y responsables, de igual forma que no haríamos sentir culpable a un alumno ciego por no poder leer de igual forma que el resto de sus compañeros.



Algo muy importante que podemos hacer por estos alumnos es reconocer e incentivar todas aquellas áreas en las cuales pueda destacar ya que la organización cerebral de un disléxico le conduce a que algunas áreas funcionen de manera más potente. Entre las características positivas cabe destacar: buena capacidad de visualización, talento artístico, buenas competencias prácticas, pensamiento creativo, un enfoque holístico en la resolución de los problemas, empatía intuitiva hacia a los demás. En el plano afectivo las personas con dislexia también son: persistentes, resueltas, trabajadoras…
                                                                                                                             


Algunas pautas:

  • Asegurarnos de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá, sobre todo si las instrucciones se presentan por escrito. Puede comprender muy bien las instrucciones verbales.
  • Darle  tiempo para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. 
  • Ayudarle leyéndole el material de estudio y en especial los exámenes.
  • Evitar la corrección sistemática de todos los errores en su lectura o escritura. Hacerle notar aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.
  • Proponer actividades con apoyatura visual.
  • Establecer como criterio de evaluación de las áreas curriculares la adquisición de los objetivos conceptuales planteados en la programación, no la expresión verbal escrita de los mismos (el área de lengua tendría un tratamiento diferente). Tenemos que asegurarnos y comprobar que el alumno ha adquirido el concepto aunque no lo sepa expresar correctamente por escrito.
  • Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen su mala lectura, escritura y capacidad organizativa
  • Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de señalar aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay que elogiarle y alentarle siempre que sea posible
  • Hay que darle oportunidad de que haga aportaciones a la clase. No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer en voz alta en público contra su voluntad. Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea especialmente bueno y desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito. El sentimiento de obtener éxito lleva al éxito. El fracaso conduce al fracaso (profecía que se auto-cumple).
  • Permitirle aprender de la manera que le sea posible, con los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras, grabadoras, ordenador, etc...
  • Desglosar  las tareas en pequeños pasos.
  • La información nueva, debe repetírsela más de una vez, debido a suelen presentar problemas de distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.
  • Los libros de lectura deben estar adecuados a su nivel lector, y mucho mejor si el libro lo puede elegir la alumna.
  • Debemos proporcionarle más tiempo en las pruebas escritas y siempre que sea posible debemos entregarle las preguntas del examen y los enunciados de los problemas por escrito, evitando tener que copiarlas de la pizarra. Debemos recordar, que muchas de las personas disléxicas tienen problemas con la interiorización de la noción del tiempo, con lo cual cuando le decimos que le quedan 10 minutos para acabar el examen, la niña puede vivir esta recomendación con angustia y estos nervios se traducirán en errores.
  • Enseñarle a realizar mapas conceptuales visuales, ya que es un tipo de estrategia que les funciona muy bien, en cualquier etapa. Los pueden utilizar para todas las asignaturas y de esta forma, ellos tienen la información más relevante de cada tema para poder estudiarla. 
  • Cambiar de actividades o tareas a menudo ya que el sobreesfuerzo que realizan es agotador y su umbral de fatiga suele ser muy bajo. También es aconsejable poder realizar, con este tipo de alumnado, descansos más frecuentes, ya que si no,su nivel de dispersión crece y les es más difícil mantener el ritmo.


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